Introducción general al imperialismo moderno (parte 2)

Prof. Matías E. Cordero

Parte 1

La conferencia de Berlín

Hasta finales de 1884 y principios de 1885, la expansión territorial europea en el continente africano y asiático fue limitada y reducida únicamente a territorios estratégicos y ricos en recursos naturales minerales y/o especias y textiles para el comercio y consumo, además de que estos territorios debían ser costeros para facilitar el transporte. 

Si observan la imagen, verán que en la referencia nos menciona que son colonias. Estas colonias, en la imagen de la izquierda son las mencionadas previamente como independientes, pero dominadas económicamente. Cuando el imperialismo se vuelve formal, y la necesidad territorial se vuelve vital para los imperios, inicia la competencia. ¿Quién se quedará con todo el territorio o la mayor parte? ¿Quién demostrará mayor poderío? ¿Habrá conflictos por un mismo territorio? Si asociamos esta cuestión de competir por tener, y que tener es poder, es probable que la respuesta sea sí. Y entonces, para evitar estas posibles disputas, que podrían terminar en conflicto, es que el canciller alemán (jefe de Estado) Otto von Bismarck convoca a una conferencia en la ciudad de Berlín a representantes de las naciones imperialistas, con el objetivo de establecer una serie de pautas y normas que tengan como objetivo una repartición justa, teniendo en cuenta intereses particulares, así como cuestiones éticas y sociales de la época, de África (obsérvese el mapa. Así quedo África luego de la Conferencia, y continuará así hasta la Gran Guerra de 1914). 

Lo que generó el Imperialismo.

El hecho de que haya naciones que tengan el poder de gobernar sobre otras, sea con fuerza militar, o con dominio económico, nos da a entender, que las naciones no eran iguales en posibilidades, lo que hace que la posibilidad de competencia comercial sea totalmente impensable, pero por, sobre todo, injusta, ya que las naciones dominadas, o las naciones libres e independientes, pero comercialmente dependientes, no pueden tener tanto poder de decisión como los grandes imperios. Esto nos habla entonces de una cuestión de “superioridad” de unos sobre otros (en este periodo de la historia, esa nueva visión cientificista y naturalista que tenía la sociedad, era un argumento válido para promover una creencia de que había personas “civilizadas, mejores, evolucionadas, superiores” y personas “inferiores, barbáricas, primitivas”- entiéndase los que dominan y los dominados) que justificaba la dominación, en varios conceptos, pero que la idea era “promover o compartir” esa civilización con los que no la tenían.

Para que esta competencia, principalmente comercial entre los imperios, sea continua, se establece un consenso general en el cual, las actividades comerciales se distribuirán a nivel internacional en base a las posibilidades y capacidades de cada nación. Se crea así el concepto de la División Internacional del Trabajo, en el cual, según el grado de desarrollo industrial de cada nación, se especializarán en una actividad primaria o secundaria o terciaria (entiéndase primaria por actividades agrícolas y ganaderas y secundarias por actividades industriales, y terciarias por servicios).

 Así las naciones se dividirán en naciones “desarrolladas” y naciones “subdesarrolladas”. La producción de las naciones subdesarrolladas será básicamente de materias primas, mientras que las naciones desarrolladas producirán manufactura y servicios. Esto generará un desequilibrio en la balanza comercial mundial, ya que, a la hora del comercio, las manufacturas siempre serán más caras que las materias primas, ya que han pasado por un proceso de transformación (Ej: Argentina exporta cueros de vaca a Gran Bretaña, y Gran Bretaña nos importa bolsos y carteras de cuero, hechas de esos cueros que les vendimos. Pero como lo que compramos ha sufrido un desarrollo, tendrá un valor agregado a la hora de los precios).

   Habrá consenso y aceptación de este modo de producción de algunos sectores sociales a nivel internacional, así como rechazo y odio por otros, dependiendo de la relación que tengan con los tipos de producción, pero más allá de esta cuestión, este será el sistema con el que se regirá el mercado mundial durante este extenso periodo que estamos viendo, y el cual, aunque ya muy distinto, hasta el día de hoy, sigue estando presente en muchas partes del mundo.