El orden natural del mundo (parte 2): primeras transmutaciones

 



Por Juan de León

Anteriormente vimos que el ser humano había caído preso de una maldición autoimpuesta por haber pensado que su papel en el universo era ínfimo o nulo, que existía un orden natural dirigiendo su vida y que jamás podría hacer nada para evitar su destino más que ofrecer sacrificios a los dioses.
Esta creencia primitiva sobrevivió transmutándose durante miles de años e influyó en las religiones y filosofías que dieron forma a la actual cosmovisión del mundo. Se analizarán las primeras grandes corrientes de pensamiento que han marcado la cosmovisión de Oriente y Occidente.


PARTE II
PRIMERAS TRANSMUTACIONES

1. El orden natural en Oriente
Budismo: entiende al orden natural como una fuerza metafísica que domina la naturaleza. Esta fuerza no proviene de ningún dios, sino que forma parte de la naturaleza misma. Este orden natural es de tipo cíclico (samsara), obliga al hombre a renacer y morir infinitas veces, y en cada nuevo renacimiento vivirá de acuerdo a lo que haya hecho en sus vidas pasadas (karma). Por medio de las buenas acciones (dharma), el hombre puede mejorar su karma y reducir el sufrimiento. A través de la meditación, el hombre puede llegar a convertirse en un Buda y alcanzar el Nirvana, para finalmente liberarse del sufrimiento y la reencarnación.
La Rueda de la Vida simboliza la existencia cíclica

Taoísmo: entiende al orden natural como Tao. El Tao es la esencia del mundo, el orden de todas las cosas, la armonía de la naturaleza. Es un ente metafísico eterno y absoluto que no se puede ver, ni oír, ni expresar ni imaginar. El Tao se compone de Yin y Yang, dos fuerzas opuestas y complementarias que dan forma al universo. Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un opuesto del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. El mal no puede existir sin el bien, ni el bien sin el mal.

El Tao es probablemente el concepto más abstracto de orden natural que existe. El taoísmo es la doctrina del orden natural por excelencia, es la religión que más lejos ha llevado la idea de vivir acorde a las leyes metafísicas del universo. Es la religión que expresa el mayor grado de impotencia ante la realidad, puesto que no existe ningún ritual, ningún conjuro, ningúna técnica con la que se pueda evitar el destino impuesto por el Tao. Lo único que puede hacer el hombre es fluir con el Tao, dejarse llevar como una hoja arrastrada por el viento. Lo que propone el taoísmo es, simplemente, no preocuparse, no hacer nada.

2. El orden natural en Occidente
Órficos, pitagóricos y neoplatónicos: entienden el orden natural como la armonía del cosmos, en el cual la materia es una degradación del mundo de las ideas o los números. El alma está condenada a reencarnarse una y otra vez en un cuerpo imperfecto. Solo podrá liberarse practicando el ascetismo o adquiriendo el conocimiento de lo místico, para así fusionarse con el Uno o el Logos en el más allá. Estas escuelas griegas, a medio camino entre religión y filosofía, partían de la base de que no era posible dominar la naturaleza física y por tanto la única salvación del hombre consistía en buscar la trascendencia de la materia.

Estoicismo: los estoicos identificaron al orden natural con el Logos, un principio racional que gobierna y ordena la materia del universo. La naturaleza es percibida como una interminable cadena de acontecimientos ordenados por el Logos. El azar no existe, todo está determinado, todo se dirige hacia un destino (eterno retorno) que es ajeno a la voluntad humana. El hombre no puede escapar del destino; cuanto más luche contra la naturaleza, más sufrirá. Ante la imposibilidad de satisfacer las pasiones —es decir, de dominar la naturaleza—, el hombre debe extirparlas de su corazón y volverse apático ante el mundo. De este modo podrá reducir el sufrimiento y vivir en armonía con el cosmos.
Uróboros

Cristianismo: entiende el orden natural como las leyes metafísicas impuestas por Dios. Debido al pecado original, Dios condenó al hombre a llevar una vida dolorosa:
«A la mujer dijo: (...) con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol (...); maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás» (Génesis 3:16)

Luego del pecado original, Dios impuso un orden natural que perjudica al ser humano. Pero a su vez los sufrimientos del ser humano forman parte del plan divino. Por tanto, el cristianismo entiende el orden natural de un modo ambivalente: por una parte es malo, ya que causa sufrimiento, pero también es bueno y debemos respetarlo, porque ha sido impuesto por Dios, y todo lo que hace Dios es bueno.
El cristianismo no admite que el hombre pueda ejercer un dominio sobre la naturaleza más de lo que establece la Biblia, puesto que eso sería "jugar a ser Dios". Entiende que este mundo está condenado y solo es posible la felicidad en el más allá. La vida consiste en respetar la voluntad de Dios, es decir, en respetar el orden natural, no en dominar la naturaleza. La naturaleza no puede ser dominada, solo Dios puede dominarla, el hombre únicamente puede dominar partes de la naturaleza. Hay un plan divino, un designio, el fin de la historia ya ha sido profetizado. Al hombre solo le queda cumplir los Diez Mandamientos y esperar el Juicio Final.
Calvinismo: entiende el orden natural como la soberanía absoluta de Dios sobre el mundo. A diferencia del catolicismo, el protestantismo niega que el ser humano tenga libre albedrío; el hombre es un esclavo de Dios, carece de voluntad propia, está predestinado a la salvación o a quemarse en el infierno desde su nacimiento. La naturaleza del hombre es totalmente depravada, totalmente corrupta, nada de lo que haga podrá evitar este hecho. El calvinismo supuso una profundización del orden natural en la religión cristiana, una mayor impotencia ante la naturaleza.
La ética calvinista influyó en el capitalismo

CONCLUSIÓN
El misticismo griego, el estoicismo y el cristianismo serán las principales corrientes que formarán la cosmovisión occidental, mientras que el budismo y el taoísmo serán las principales corrientes que formarán la cosmovisión oriental. Ambas cosmovisiones comparten una misma idea: la creencia de que dominar la naturaleza es imposible, es decir, la creencia en el orden natural.
El la próxima parte se analizarán las transmutaciones en la Modernidad.

Comentarios

Publicar un comentario