No existe la izquierda



El primero de una serie de artículos sobre el tema de la izquierda moderna.

Por El Leviatán político

Escuchamos con regularidad, al hablar de política, las expresiones “Derecha” e “izquierda”, pero sin conocer con exactitud la implicación que esto tiene. Ciertamente el título enuncia la inexistencia de una, al menos en la actualidad, aunque más que un enunciado se trata de una denuncia; señalar con el dedo aquello que todos se niegan a ver. Denuncio así lo evidente, que, desde hace décadas, la otra cara de la vida pública, la rimbombante izquierda, ha dejado de existir. Puede que me consideren loco, denuncia que es correcta, tanto como la mía, sin embargo ¿No es acaso la limitación a la adecuación mental común una cualidad ligada al ser honesto? Dicho de otro modo, pregunto ¿No se dice que somos nosotros, los locos, junto a niños y borrachos, quienes siempre dicen la verdad?  Los invito a quedarse y acompañarme en esta lectura para descubrirlo.


¿Qué es la derecha e izquierda?

Antes de poder explicar la inexistencia de una de las partes involucradas, me veo en la obligación de definir ambas. A fin de cuentas, su relación simbiótica nos exige, necesariamente, que así sea. Del mismo modo en que ocurre con la luz y la oscuridad, el frío y el calor, u otros binomios equivalentes, la significación de una nos da, por mero descarte, el significado de la otra. Por supuesto, existen múltiples contextos dónde esto no sería, al menos exactamente, correcto. Pero sí lo es en un contexto general, que es el más importante y por el que iniciaremos.

De manera genérica, cuando hablamos del susodicho binomio, nos referimos a dos grandes caras contrapuestas, en continuidad una de la otra, de una misma filosofía metapolítica. A diferencia de la creencia común, hablar de ser de derecha o de izquierda no implica una adhesión a un término rígido, e incluso absoluto, sino una tendencia hacia la forma de encarar la aplicación de una metaideología. Esta puede ir desde el caso más común, como la ilustración o el romanticismo, a otras más variopintas, como el positivismo o el cristianismo.

Dicho así, en términos generales, la derecha apoyaría una aplicación más indirecta, a través de reformas graduales, de índole más “superficiales”, mientras la izquierda una más directa, a través de cambios radicales del sistema vigente, precisamente, de “raíz”. De una manera metafórica podemos decir que la primera está a favor, en algún grado, del régimen presente y la segunda no, que es directamente antisistema. Esto comúnmente se ha malinterpretado como que ser derechista es oponerse al cambio, o hasta querer deshacerlo, a su vez que el izquierdista es un incondicional y ferviente benefactor del mismo. Obviamente, como se acabó de explicar, esto no es así; es un mito. Esta primer definición, la más general y objetiva, es análoga a los conceptos de conservador y progresista, pero solo si hablamos en un sentido, como ya dije, general.

Izquierdismo en acción


Otra acepción importante

Bajando un peldaño más, nos encontraremos una definición del binomio mucho más normativa, más contingente que la anterior, pero siendo aún muy amplia. Cuando hablamos de la concepción derecha e izquierda desde lo normativo nos referimos a los puntos en común que tiene cualquier tipo, sin importar su ideología o metaideología, para ser considerada como tal. A diferencia de la definición general, que varía según el contexto, esta segunda forma de definir el binomio es más objetiva, más “Universal”, por así decirlo. Estas características esenciales reflejan una noción epistemológica, ontológica, teleológica y, en consecuencia, antropológica diferente entre ambas caras del  espectro político.

Para la derecha, su medio para adquirir el conocimiento, su epistemología, suele ser más empírico y naturalista, lo que los lleva a conceptos más rígidos y trascendentales, es decir, atemporales e invariables, puesto que reflejan un estado natural, eso deriva a que todo posee un fin, una teleología, y concluye en una manera de entender la condición humana, antropología, dónde el ser humano tiene un principio y un fin prestablecido por su propia naturaleza. Sin embargo, no significa que no haya posibilidad de variación, sí la hay, solo que dentro de un marco delimitado. En resumen, tienden a ser más realistas y pesimistas, de ahí que prefiera los cambios más continuistas, o “evolutivos”.

Charles Darwin


Por su parte, la izquierda concibe a la razón y a las ideas como su medio para conocer el mundo, haciendo que sus concepciones sean más relativas, ergo su ontología tiende a la subjetividad y la teleología se vuelve maleable, incluso, determinable por el propio ser humano. Los sentidos y los fines, el telos izquierdista, es como un río al que le marcamos un camino por un canal, no desconoce variables objetivas, como pueden ser la gravedad en la metáfora citada, pero cree que, antropológicamente hablando, somos pensamiento puro y, una vez controlado lo objetivo a través de las ideas el resto opera como fichas de dominó cayendo, nos moldeamos y nosotros, a su vez, a la sociedad. Su tendencia es el constructivismo e idealismo, de ahí su preferencia por cambios más contundentes y disruptivos.

Resumen:

Finalizando esta primera parte,  tenemos ya una idea, aunque vaga, útil para analizar en la segunda parte si existe, realmente, una izquierda en el mundo actual. Por ahora basta con que entiendas que para la derecha la realidad es como un péndulo, si la fuerzas a sacarla de su equilibrio, inevitablemente, volverá a su punto de origen, mientras que para la izquierda funciona como el ejemplo del canal respecto al río. 

Comentarios

  1. Habrá que ver cómo termina para llegar a una conclusión, por ahora no me convence mucho, aunque el título es provocador

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  2. La izquierda como ideología existe. Que no se sepa ,no se quiera o no se pueda aplicar es otra cosa.

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  3. Existe como una herramienta politica para ganar votos, pero no no existe como politica aplicable.

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    1. Yo creo que la izquierda como política aplicable si existe, no al 100% pero si como política de cambio social

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  4. Interesante. Lo que se escribió lo ví reflejado 1001 veces en mi vida.

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  5. Si bien se refiere a los cambios de la derecha como "superficiales" (el entrecomillado le pertenece) no entiendo con qué lógica llega a esa conclusión. También encuentro que existennconceptos invertidos: "el hombre natural" tiene un principio y un fin determinados, pero no creo que "el ser humano" (como concepto universalizador) sea pensado con tales límites, de aquí el sentido de trascendencia. En gestión de calidad sería "la mejora contínua". Creo que tal vez en la derecha hay una aceptación del "azar" del que escribía Monod en 1970, y por eso es menos permeable a "creer" en cambios que pueden resolver una foto de la hiatoria, sin ver las contingencias de la película. No podría afirmar que "no hay una izquierda"; sólo que no tiene nada que ver con aquellas ideas de hace 200/250 años, hoy observo una izquierda cargada de la narrativa postmoderna, escéptica para buscar alguna verdad (más o menos consensuada), selectivamente relativista, y con una sobreestimación de algunas utopías del construccionismo social. Pero es sólo mi opinión.

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  6. Demasiado nominalista para mí gusto, veremos qué tal los siguientes, saludos.

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  7. Interesante, audaz al decir que no existe, yo diría que no es lo que solia ser y que, como si mismo fundamento dice, cambio, y a mi entender, se alejo tanto de lo que nació siendo que hasta resulta anti natural y talvez por eso es que sea tan chocante algunas de sus nuevas ideas

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  8. Lo veo forzado. Nada sostiene las definiciones de derecha e izquierda que da. Parece mas un deseo de que asi fuese.

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  9. Creo que este tipo no ha leído nada de marxismo clásico

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